La gran calidad humana del dueño, Manolys. Se nota por la ayuda que te ofrece, así como los detalles en la habitación. Unos platos, vasos, muy buen hervidor de agua y frigorífico, más una pequeña terraza con su mesa y dos sillas, te alegran el desayuno en la habitación. El aire acondicionado funciona bien. No es ruidoso por la noche.