Hoteles adaptados en RIonansa

Me gustó todo, nos acompañó hasta el tiempo y pudimos disfrutar del jardín. La cocina está equipada con utensilios, las camas, perfectas no se hundían, el baño con gel y champú... Vamos que me quedaba a vivir allí. Se estaciona perfectamente, el pueblo, es pequeñito, cerca casi en la misma manzana, coincide con otras dos casas rurales, y la verdad, es que bonito lo tienen. Salen cerca rutas de senderismo, y Bárcena Mayor queda a menos de 15 km. Las comidas, preferimos hacerlas fuera, para que pudiéramos descansar todos, como empieza la temporada en junio, nos fuimos al Restaurante Casa Juanillo, que está en Renedo de Cabuérniga, que casi comparten acera, es salir un municipio y comenzar el otro. Comimos estupendamente y todo comida casera. Se nota, la cocina de si es municipio de interior a costero como Comillas.

Ubicación ideal si se busca un sitio muy tranquilo en plena naturaleza y a poca distancia en coche de muchos lugares importantes de Cantabria. No es una casa individual, la zona de jardín es compartida con otros apartamentos del complejo, pero el nuestro tenía una terraza balcón grande con mesa y butacas con muy buenas vistas.

La casa es una monería, está preciosa y muy bien ubicada para los sitios en los que íbamos a movernos

Habitación muy amplia e cómoda, con terraza privada, entrada individual. Salón compartido con chimenea. Se puede tomar algo, infusiones, cerveza etc Desayuno amplio e variado, sin límites Además para las motos tienen garage

Lo hemos cogido recién estrenado. Todo muy limpio y en muy buen sitio. Mi enhorabuena a los dueños

Maravillosa la habitacion con los techos de madera. Todo muy nuevo y comodo. Lo recomiendo 100%.

La casa es preciosa y muy muy acogedora. Por lo que pudlmos comprobar nosotros mismos durante los días que pasamos allí, cada habitación tiene su encanto especial pero todas están amuebladas y decoradas con mucho gusto, sobrias y cómodas, con ventanas con vistas a los prados y las montañas y desde donde se pueden escuchar los cantos de los pajaritos y los cencerros de las vacas. Es un sitio ideal para relajarse. Las camas son comodísimas. Agradecimiento especial a Ana, que nos acogió tan amablemente y nos señaló en un mapa los paseos y lo que se podía visitar y hacer y dónde comer por los alrededores, disfrutamos mucho de las excursiones que nos recomendó. Muy agradecidos igualmente a la familia que ha restaurado esta casona impresionante, con tanto cuidado y gusto, con grandes espacios comunes tan acogedores y habitaciones tan cómodas.

Los paisajes y el clima el lugar es precioso

Posada con calidad excelente. Hemos estado 10 días por Castilla León y Cantabria, pasando por varios hoteles de 4 y un 5 estrellas ( en Suances concretamente, Costa Esmeralda ) , y por recomendación estuvimos en Posada Prada a tope en Treceño. Un acierto sin duda. Salvando algunos servicios de un hotel de estrellas superior como ascensor o espacios comunes, la calidad-precio de esta Posada es digno es de 3 estrellas al menos, si no diría 4*. Personal muy amable, con predisposición a atenderte como si de su casa se tratase. Esta es la filosofía de la mayoría de establecimientos de esta zona. Dar buen hospedaje y comida como a un peregrino del camino El desayuno por 5€ persona. Compuesto de tostada grande de hogaza con mantequilla y mermeladas caseras ( de la firma Prada a tope ), bizcochos caseros, café y zumo natural. Atención excelente del personal. Creo que no puede pedirse más. Comida con una carta de primer nivel y bodega enorme. Resaltar las croquetas caseras , que anoche las probé y están muy buenas y cremosas. La limpieza brillante. En una habitación abuhardillada de madera, en un medio rural, no encontrarte ni la mas mínima mota de polvo, suelo impoluto , baño perfecto y olor a ambientador ... es de tener buena limpieza. La cama de matrimonio super cómoda , almohadas muy buenas. Después de un largo día de turismo, es de agradecer dormir bien. Treceño es un pueblo cercano a San Vicente o Comillas, pero con pocos servicios si no tienes coche para moverte. Para pasar unos días de turismo, es muy tranquilo y merece la pena estar apartado. Abrir la ventana y escuchar en la lejanía un pequeño rebaño y ver los pastos tan verdes.. No tiene precio. Si algún día volvemos a la zona, repetiremos.

El desayuno fue excelente, mucha variedad, diferentes cafes y leches, diferentes panes, huevos, beicon, tortilla, etc, etc. Excelente servicio